Médicos y Jueces se Dan las Manos

Médicos y Jueces se Dan las Manos

En dicho hospital, como en todos los de España, se realizan diariamente miles de actos médicos de manera impecable, que en muchas ocasiones van incluso más allá de lo que humanamente es exigible, proporcionando a los ciudadanos el inestimable bien de la salud. Pero no es menos cierto que en otras ocasiones, las menos, la actuación sanitaria fracasa, unas veces porque la naturaleza resulta invencible, pero otras por negligencia de las personas o por mal funcionamiento del sistema, teniendo entonces que actuar los jueces para reconocer a la víctima el derecho a ser indemnizada por el daño sufrido.

Los jueces han de juzgar con imparcialidad, sin dejarse influir por ninguna circunstancia ajena al caso, como pueda ser la simpatía o la amistad, o lo inverso, en mayor o menor grado, con alguna de las partes o sus abogados defensores. Y desde luego que el juez no puede vivir en una urna alejado del entorno social, privado de establecer relaciones con los ciudadanos que algún día puedan verse sometidos a su jurisdicción, porque no podría entonces juzgar sobre una realidad que ignoraría, pero tampoco conviene que sus relaciones con los que en muchos casos puedan ser objeto de su pronunciamiento de culpabilidad o inocencia, o incluso estén pendientes de él en la actualidad, sean tan ostentosas y públicas como las que implican esas jornadas de convivencia, que inevitablemente habrán de conducir a cierto tipo de confraternización que parece que no liga muy bien con la independencia de criterio para juzgar.

La víctima de negligencia sanitaria se pregunta si los jueces que intervienen en las mesas redondas, o como conferenciantes, obtendrán algún tipo de remuneración, y si será el Servicio Murciano de Salud quien corra con el gasto de organización.

Y es que resulta que varios de los médicos que intervienen en esas jornadas pueden tener en la actualidad causas  pendientes, o pueden llegar a tenerlas mañana; desde luego que el Servicio Murciano de Salud las tiene ahora, y en elevado número. Sería infantil suponer que estas reuniones no provocarán una cierta acentuación de sus relaciones personales con los jueces.

A las víctimas de negligencias sanitarias, como a testigos mudos, no se les ha dado audiencia en dichas jornadas, siendo como son el epicentro y la causa de las mismas. Porque si no hubiera víctimas y por tanto médicos sujetos al control judicial por tal causa ¿qué necesidad habría de celebrarlas? No parece que el recato sea hoy valor en alza, y casi cualquier cosa, por escandalosa que sea, encuentra justificación, o una mirada displicente. Y parece cuando menos poco recatado ese extraño acercamiento entre el colectivo médico y el judicial encargado de juzgarlo.

Resulta chocante que hace pocas fechas, y en el mismo periódico, el presidente del Tribunal Superior de Justicia realizara un llamamiento a la defensa de la independencia judicial defendiendo la necesidad de que jueces y magistrados den una imagen de independencia y de eficacia sin aceptar injerencias de otros poderes, y luego presida el acto de inauguración de las mencionadas jornadas el pasado día 25 de marzo, junto al gerente del Servicio Murciano de Salud.

Los ciudadanos utilizan los tribunales para exigir un derecho cuando son lesionados por actuaciones médicas en su vida y salud. Pero ¿cómo podemos las víctimas pensar en independencia judicial cuando los jueces se reúnen con aquellos a los que o están ya juzgando o mañana posiblemente juzguen, para posibilitar un acercamiento y conocimiento mutuo, generador de una mayor confianza entre unos y otros profesionales? Aún nos dirán que lo hacen por nuestro bien.

«¿Cómo podemos las víctimas pensar en independencia judicial cuando los jueces se reúnen con aquellos a los que o están ya juzgando o mañana posiblemente juzguen…?»

SANTIAGO BASTIDA LÓPEZ

Fuente:  http://www.laverdad.es/murcia/20090424/opinion/medicos-jueces-mano-20090424.html